15 sept 2011

Día completito.

Después de desayunar fuimos de limpieza: playa de Nosa Señora, merendero, cementerio y lo más espectacular, toda la playa de Rodas. Recogimos como cuatro bolsas de basura. Yo, personalmente, me encontré una moneda de 2 euros.

Cuando llegamos al muelle de Rodas la monitora nos estaba esperando, volvimos para la cocina de la casa a comer y por la tarde, después de un corto baño en el mar, realizamos las rutas de la isla norte: Faro do Peito y Alto del Príncipe. Una pasada.

Os contare que este día fue muy espectacular para mi, Buenaventura Lago González. Me levante a las 6 de la mañana y me hice una excursión espectacular. Yo solo subí hasta el Faro de Cíes. Cuando llegue a la cima las vistas eran fantásticas, toda la ría en su explendor y la luna llena reflejada en el Océano Atlántico. Lo más bonito de todo fue que a las 8,15 horas el sol empezó a salir por detrás de nuestra ciudad, Vigo.

Un amanecer que no olvidare en toda mi vida, os lo recomiento a todos, el madrugon vale la pena.

DÍA 2

El 2º día fue espectacular. Por la tarde estuvimos informando en el dique a los visitantes de que no lo cruzaran y que eligieran el camino de la playa para coger el barco. Las olas eran espectaculares, pues había mucho mar de fondo llegando algunas a los cuatro metros. Esto coincidió con mareas vivas y ese fue el resultado.
Estuvimos informando hasta las seis y media de la tarde pues después la cosa amaino un poco. Después limpiamos de basurilla el camino principal desde la caseta de información hasta el monasterio.

A simple vista parecía que no había nada pero llenamos dos bolsas de basura en una hora. Tenemos que seguir concienciando a los visitantes del Parque que cada uno se haga responsable de su basura porque sino degradaremos mucho el ecosistema.

DIA 1

El viaje a Cíes en barco desde Vigo fue horroroso, pues no se vislumbraba la isla por la niebla.
Al poner los pies en la isla, el sol empezó a brillar con todo su esplendor y nos dejó ver el maravillosos Parque Nacional que tenemos enfrente de nuestra ciudad.
Ya de camino al camping estuvimos acompañados de algunas gaviotas. De hecho, dos de ellas entraron sigilosamente en la tienda para comer el pan de molde.
Aviso para los futuros navegantes: dejar la comida bien guardada para que no se la lleven las gaviotas. Gracias.
La verdad es que son unas aves muy tranquilas aquí, no se asustan y conviven perfectamente con los seres humanos.
El primer día, disfrutamos de la playa toda la tarde y fuimos al Alto del Príncipe donde se pueden ver las dos caras de la isla; la que da a la ría y la que da a la inmensidad del Océano Atlántico.