El primer día de la semana empezó ya con el grupo dividido. Solamente dos de nosotros embarcamos rumbo a Cíes porque los otros dos valientes ya nos esperaban allí desde el sábado.
Después de instalarnos y presentarnos, y como el tiempo acompañaba (cruzamos los dedos para que siga así hasta el viernes) nos fuimos todos a pasar la tarde a la playa hasta las siete, hora a la que quedamos con los agentes del Parque para echarles una mano con su mudanza. Que menos después de habernos prestado su cocina durante todos estos días!!
Ya pasadas las ocho Iria acompañó a uno de los agentes a recebar las trampas de visones americanos… estamos a la espera de saber si alguno cayó en la trampa.
Después de una fría noche nos despertamos para desayunar y coger fuerzas para la “durísima” jornada de trabajo que nos esperaba: nos recorrimos la Isla del Faro recogiendo la basura que los visitantes iban dejando por los caminos (colillas, papeles, latas,… y hasta “arriesgamos” nuestras vidas para recuperar un gorro ya llegando al Faro de Cíes).
Sugerencia a los visitantes: no tiréis basura!!!!!!!!
Solo nos queda comer y disfrutar de lo que nos queda de día.