Empezamos nuestro primer día con mucho calor. Al llegar a la isla nos instalamos en las tiendas, que ya estaban montadas, para luego ir a comer. Después de comer decidimos descansar en la playa. Por la tarde hicimos la ruta do Faro do Peito, que está en la isla de Monteagudo.
Durante la ruta pudimos conocer las furnas de la isla y el observatorio de aves donde hacía muchísimo viento.
Para terminar la ruta fuimos al Alto do Príncipe desde donde pudimos ver unas vistas embriagadoras de las islas y una preciosa puesta de Sol. Recargamos energía durante la cena y fuimos a la cafetería del camping para terminar nuestro primer día.
El segundo día empezó pronto: las gaviotas y los ronquidos del vecino fueron nuestros despertadores. A las 8 de la mañana ya estábamos en pie para ir a desayunar y poder comenzar con fuerza. Nuestra primera tarea fue dura: uno de los caminos estaba cubierto completamente de arena y tuvimos que limpiarlo con palas y escobas, para que los visitantes pudieran caminar por él.
Cuando terminamos nos dividimos en dos grupos. Uno de ellos fue al muelle de Rodas para contar los pasajeros de los barcos, y el otro hizo limpieza. A las dos de la tarde terminó nuestra jornada. Hicimos una comida express porque a las 16 teníamos una sorpresa. Fuimos al muelle de Carracido donde nos esperaba la embarcación del parque con el director.
Fuimos a la Isla Sur y rodeamos las otras dos mientras que el director nos dio todo lujo de explicaciones.
Además el patrón de la embarcación nos explicó su funcinamiento.
Tras este bonito paseo, decidimos darnos un baño refrescante en la playa de Nosa Señora, donde el agua estaba congelada. A las 19 de la tarde quedamos con nuestra monitora para hacer la ruta do Faro da Porta. Cuando llegamos al faro, todo estaba nublado y parecía un entorno de misterio. Regresamos a casa y descansamos para poder tener muchas fuerzas al día siguiente.